domingo, 10 de mayo de 2015

El caso "Lucrecia". El hecho que conmovió a la Roma Antigua y puso fin a la monarquía.




"Lucrecia" - Rembrandt  (1667) 

Cuenta el historiador romano Tito Livio que Lucrecia fue una hermosa y joven mujer romana que vivió hacia el siglo VI a.c., cuya vida terminó tragicamente luego de ser víctima de traicionera violación por parte de Sexto Tarquino, hijo del Rey Tarquino el Soberbio. Semejante ultraje fue la causa del suicidio de Lucrecia, quien antes de enfrentar la daga pidió venganza. El pueblo romano hizo suyo el pudor afectado y sublevado puso fin a la monarquía desterrando para siempre a sus reyes. De allí en más nació la República romana y el mito de Lucrecia se hizo historia en arte.  

"La muerte de Lucrecia" Eduardo Rosales Gallinas (1871)

Escena del suicido: Lucrecia cae, luego de la herida mortal, hacia una silla curul mientras es sostenida por su padre Espurio Lucrecio . Su esposo  Collatino, tomándola de un brazo, intenta mantenerla de pié tratando de evitar así la inevitable muerte. Entre las cortinas Valerio evita el horror de la escena. Finalmente, un paso alejado del punto crítico, Lucio Bruto levanta el puñal ensangrentado y jura venganza ante el altar de la familia. 



"Tarquino y Lucrecia" - Tiziano (1571)

Aprovechando la ausencia de su amigo Collatino y burlando la confianza de Lucrecia, el hijo del Rey irrumpe en el lecho y consuma la desgracia.
No fue suficiente la fuerza física para quebrantar la resistencia de Lucrecia, su noble voluntad sólo cedió bajo la amenaza del deshonor. Escena: Allí, Sexto Tarquino empuñando una daga prometía a Lucrecia, si  no se entrega a sus miserables propósitos, su muerte y la de uno de sus esclavo para luego alegar adulterio de ambos.



"Le serment de Brutus" por Henri Pinta (1884)

Escena: Iluminados en la pintura, Lucio Bruto y Lucrecia, son exaltados como verdaderos héroes romanos. Bruto extrae la ensangrentada daga del cuerpo de Lucrecia y jura venganza hacia el responsable y su familia; promete, además, que en Roma nunca más nadie volverá a ser Rey. 
Este momento, dejado a la historia como "el juramento de Lucio Bruto", constituye un importante hito en la historia clásica de Roma. Es el inicio de la República Romana y el fin de la Monarquía. Año 509 a.c.  


"Le serment de Brutus" por Jacques Antoine Beaufort (1771)

Escena: Brazos extendidos y palmas hacia abajo, característico gesto romano de aprobación, ante las palabras de Bruto:

"[...]castissimum ante regiam iniuriam sanguinem iuro, vosque, di, testes facio me L. Tarquinium Superbum cum scelerata coniuge et omni liberorum stirpe ferro igni quacumque dehinc vi possim exsecuturum, nec illos nec alium quemquam regnare Romae."

"[...]más puro ante la indignación, juro por esta sangre, ante ustedes dioses que perseguiré a Lucio Tarquinio Soberbio, con su maldita esposa y toda su familia con hierro, fuego, o la materia que pueda y que ninguno de esos, ni otro alguno, será de hoy en adelante rey de Roma."

Tito Livio en Ab Urbe Cóndita L1 cap 59



"Origen de la República Romana" de Casto Plasencia (1877)

El cadáver es llevado al foro en donde se cuenta la noticia y el dolor y la sorpresa se transformaban en indignación e ira colectiva. Es es el comienzo de las revueltas populares que culminan con la expulsión de la regia familia etrusca.


"Storie di Lucrezia" por Sandro Botticelli (1504)

Escena: Botticcelli nos muestra en el centro, por delante del Arco del Triunfo y de la estatua de David, la exhibición en público del cuerpo de Lucrecia; Bruto, aquí llama a tomar las armas y genera una revuelta por parte de los soldados.
La obra se compone de tres momentos de la historia de Lucrecia: a la izquierda el ataque por Sexto Tarquino; en el otro extremo de la pintura, a la derecha, el momento en que extenuada por la angustia, exánime, es sostenida por su esposo Collatino y su padre Lucrecio.
La simbología del cuadro se resume en su parte central, allí Lucrecia, como una heroína, yace por delante de un arco triunfal y de una estatua de David. La arenga y el llamamiento a las armas corre por cuenta de Bruto quien apoya su mensaje con el cuerpo de Lucrecia como símbolo de la injusticia.



"Lucrezia" por Durero (1518)


Escena: Lucrecia, muestra un rostro sugestivamente sombrío, una mirada fría y  pies deformados. La intención del artista es despojar de toda virtud a la heroína romana. 
Se trata esta de la visión crítica formulada por el cristianismo a la moral pagana. La obra, que en principio constituye una excepción a la constante temática religiosa de Durero, termina por graficar la idea de San Agustín respecto a la historia de Lucrecia. 
San Agustín cuestiona el valor de ejemplo de su acto y se pregunta por qué alabar a la homicida de una mujer tan inocente y casta?
Aquí, la violación es adulterio y el suicidio homicidio.

 "(...) nec omnino invenitur exitus, ubi dicitur: Si adulterata, cur laudata; si pudica, cur occisa..."

"(...) y no se encuentra salida por parte alguna, cuando se pregunta: Si es adúltera, ¿por qué es alabada?; si es honesta, ¿por qué se mató?..." 
San Agustín, La Ciudad de Dios 1  19,7 (S V)


  



Superada la edad media, el Renacimiento trae consigo una revalorización de la historia clásica y de la imagen humana. La representación de Lucrecia vuelve a ser un punto central en la historia del arte, a la vez que satisface la creciente demanda de desnudos femeninos. Entonces, si bien la tradicional leyenda no incluye una descripción de la desnudez de Lucrecia, abunda en este período la imagen sugestiva y sexualmente atrayente de acuerdo a los gustos y moda de la época.




Luca Cambias (S XVI)
Guido Reni (S XVII)

Andrea Casali (S XVIII)
Lucas Cranach el Viejo (S XVI)


Tiziano (S XVI)
Giovanni Pietro Rizzoli (S XVI)


    Georg Friedrich Händel "O Numi Eterni" (La Lucrezia) (S XVIII)

Adagio. Ma il ferro che già intrepida stringo, alla salma infedel porga la pena. (Pero la espada que ya intrépida empuño, al cadáver infiel brinde la pena)


                                                                Shakespeare
                                                          The rape of Lucrece
                                                         Third part (1050-1055)

"O, that is gone for which I sought to live, And therefore now I need not fear to die. To clear this spot by death, at least I give A badge of fame to slander's livery, A dying life to living infamy:  Poor helpless help, the treasure stol'n away. To burn the guiltless casket where it lay!"

"¡Ahora está perdida mi razón de vivir, por lo tanto no tengo ningún miedo a morir! ¡Y si limpia la muerte, la mancha, doy al menos, galón de más honor a la honra de mi ropa! Una vida muriente y una viviente infamia, irremediable ayuda: Después de hurtado el oro quema el cofre inocente que guarda sus valores."


 Sor Juana Inés de la Cruz (S XVII)
¡Oh, famosa Lucrecia, gentil dama, 
de cuyo ensangrentado noble pecho 
salió la sangre que extinguió a despecho 
del rey injusto la lasciva llama! 




viernes, 6 de febrero de 2015

La Muerte de Pablo Escobar


La violencia en Colombia y la muerte del capo narco por Fernando Botero


"Masacre en Colombia"(2000) Fernando Botero

Siete personas fusiladas, una de ellas no  termina de caer dándonos la idea de una tragedia en curso; no se trata de una acción consumada sino del tiempo presente. La violencia y la matanza de inocentes no son cosas del pasado; el narco, la guerrilla, el paramilitarismo y la corruptela estatal siguen vigentes. En el fondo de la pintura se ven construcciones derrumbadas y una  casa incendiándose, porque no sólo las personas caen sino también los poblados y toda Colombia sufre.
 


"Carrobomba" (1999) Fernando Botero


Un caluroso día de enero de 1988 explota en Medellín un "coche-bomba" en un edificio de propiedad del capo narco Pablo Escobar; días después éste lamentó la destrucción de algunas obras de arte que allí guardaba, entre ellas una pintura de Botero.

Al conocer esto dijo el pintor:
"Entonces, le pedí al director del periódico El Tiempo que escribiera una editorial e informara que yo sentía repugnancia por el hecho de que Escobar tuviera una de mis obras. Mi amigo periodista me pidió entonces que después de escribir, me fuera del país por seguridad, y así lo hice, empaqué y me fui para Europa".



"La muerte de Pablo Escobar" (1999) Fernando Botero


Por los techos del barrio Los Olivos de Medellín, ese jueves dos de diciembre de 1993, el grupo especial  llamado "El bloque de búsqueda"  impidió una nueva y desesperada huida de Escobar. Tenía un arma en su mano pero no le alcanzó para enfrentarse a esos quince hombres que pasadas  las dos de la tarde fueron a buscarlo.
Hizo seis llamadas telefónicas a su hijo que permitieron localizarlo. A eso siguió una lluvia de disparos, tres de los cuales lo alcanzaron; uno en su pierna izquierda, otro en la espalda y el final lo atravesó de oreja a oreja.



"Pablo Escobar muerto" (2006) Fernando Botero


La opacidad del cuadro entrega una idea profunda acerca de la situación histórica que atravesaba Colombia. El juego de volúmenes en cada uno de los tres personajes no indicaría tanto la importancia real de estos sino el papel que da el autor a cada uno en la escena. Un Escobar grande, abatido ya y sangrante sobre los techos del caserío; un policía señalando la caída del villano y una mujer que parece lamentar la pérdida de un benefactor. El diálogo entre la muerte, el villano y el héroe son valorados dentro de la realidad colombiana.



"Masacre" Fernando Botero


Por cientos de atentados y miles de muertes, entre ellas jueces, ministros, policías y jefes de policía, periodistas y un candidato a la presidencia de la Nación, se lleva parte de la historia más infame de su patria.
Su condena fue el miedo permanente a la extradición y el punto débil su familia. Ésta lloró su muerte igual que los habitantes de los barrios marginales.
Si bien las fotografías, la ficha deca-dactilar y el estudio de su cartilla dental confirmaron su identidad, cada tanto, hay quienes dicen haberlo visto con una nueva vida pero... eso sí... siempre en su Colombia.   

Acababa de cumplir los cuarenta y cuatro años cuando la muerte lo alcanzó; no estaba solo, nunca lo estaba, su fiel compañero guardaespaldas Álvaro Agudelo, alias Limón, lo defendió como siempre y juntos así murieron.



"Me matan Limón" Redonditos de Ricota (1996 - Luzbelito)



Letra:
"Ni bien amainó
la tormenta, olvidó
las promesas hechas
otra vez!
Me matan, Limón!
Hijueputas, Limón!
Por los techos viene el bloque
otra vez!
Pasan las dos... Delatándolo,
apenas las dos... Delatándolos a las dos
de la tarde y zumba feo algún moscón.
Voy sangrando, Limón. Padrecito de
Me la dieron, Limón! Nuestros pobres que
sangran por las tejas como vos, Limón
Oh, otra vez!
Nunca pudo llorar,
ni soñar al dormir, 
pero sabe que a las dos es tarde ya.
Todo el bloque, Limón.
Nuestra gente, no,
baila y canta, mi Dios! No quiere escuchar
cumbias y merengues crueles otra vez!
oh, otra vez!"

lunes, 26 de enero de 2015

Homicidio en "La Terreur"

                            

La muerte de Jean-Paul Marat


El día trece de julio de 1793, o veinticinco messidor del año I (Calendrier Republicain), fue asesinado en su domicilio particular el médico, escritor y dirigente revolucionario Jean-Paul Marat. Cinco días después, en París, la activista girondina Charlotte Corday era ajusticiada en la guillotina como autora del crimen. 



"La mort de Marat" por Jacques-Louis David (1793)

Marat agonizante, tendido en su bañera; el brazo derecho extendido conservando aún la  pluma entre sus dedos, en el piso el puñal caído y en el brazo izquierdo un manuscrito con el nombre de su victimaria.
Mas allá del gesto heroico (inspirado en Caravaggio) y el sentido propagandístico de la obra, se nos muestra una escena realista y brutal. Causó gran impresión en su momento conmoviendo a las masas populares y enalteciendo los espíritus revolucionarios. Por otro parte, llegó a ser considerada una "terrible bella mentira" por quienes reparaban en la ausencia de algunos detalles y en la presencia de componentes simbólicos; sin embargo, el sentido artístico de la obra es sin duda otro que la fijación forense.


"Charlotte Corday" por Jean-Jacques Hauer (s/d)

El hecho sucedió en plena Revolución Francesa, en los comienzos de la época del terror (La Terreur), cuando el triunvirato Robespierre, Dantón y Marat, imponían toda su influencia popular en la naciente República. Por entonces largas listas de enemigos políticos, traidores, conspiradores o simples opositores, eran condenados a la guillotina  por la sola decisión de aquellos.
Marat no cesaba en su actividad de escritor, ni siquiera cuando tomaba sus terapéuticos baños. Con su pluma dirigía arengas a la Convención, injuriaba a sus detractores y condenaba a los enemigos de la Revolución.  


"El asesinato de Marat" por Paul Jacques Aimé Baudry (1860)


Pasados los años, en esta pintura, vuelve a la escena Carlota, la victimaria, esta vez de pié, impávida, sin arrepentimiento pero consciente de su obrar; esperando se cumpla su destino. Entonces, desaparece también el tono dramático, los elementos simbólicos y el carácter de mártir en Marat.


"La muerte de Marat o Mujer con estilete" por Pablo Picasso (1931)


Carlota, convencida de la justicia de su acción y de la importancia histórica de su crimen, no dudó un segundo en engañar a Marat para lograr su confianza. Fingiendo brindar nombres de traidores a la causa revolucionaria lo tuvo a escasos centimetros, los suficientes como para alcanzarlo mortalmente con el puñal que llevaba escondido.


"The Death of Marat" por Edvard Munch (1907)



Creía poner fin a los excesos jacobinos matando a uno de sus tres líderes, no temía a la muerte y deseaba sacrificarse por el bien de Francia, aún en contra de la voluntad de la mayoría del pueblo. 


"Carlota Corday" por Arturno Michelena (1889)



Dijo entonces, luego del hecho, al ser llevada detenida ante la enfurecida muchedumbre de sans-culottes y franciscanos que pretendían agredirla, según nos cuenta en Histoire des Girondins (1847) Alphonse  de Lamartine:

"¡Pobres gentes! (...) ¡queréis mi muerte, y deberíais erigirme  un altar por haberos librado de semejante monstruo!¡Dejadme en manos de esos fanáticos (...), los que sientan su muerte son dignos de ser mis verdugos!" 
  

  

jueves, 22 de enero de 2015

Sonata de Kreutzer

Complicidad de Beethoven y Tolstoi en un femicidio.





León Tolstoi por Nesterov Vasilyevich (1907)
Beethoven por Ferdinand Wadmüller (1823)
















                                                      





Sonata Nº 9 para violín y piano op. 47 (Ludwig Van Beethoven)


Patricia Kopatchinskaja y Fazil Say - 14 de agosto de 2013

Gran impresión causó en el ánimo de León Tolstoi esta obra cuando la escuchó por primera vez en la Rusia de fines del siglo XIX. Tanto es así que, conmovido por estas sensaciones  provocadas y ante una propia vida matrimonial decadente, escribe una novela a la que dió el mismo título que la composición inspiradora de Beethoven.
Una obra de arte que inspira a otra y así, sucesivamente, y en diversas generaciones y ramas de la cultura surgen historias que finalizan solo para que otra comience.    


Reflexivo y apesadumbrado, Pozdnyshev, busca entre los vagones del tren el perdón que lo alivie. Cuenta su penosa historia de celos y crimen, de cómo puso fin a un desdichado matrimonio y de lo que sintió al escuchar a su esposa interpretar en el piano junto al violinista Trujachevsky la "Sonata de Kreutzer". Con una sola puñalada la mató  y cambió todo para siempre. En el juicio fue absuelto, entendieron que era un marido engañado que mató en defensa de su honra ultrajada; pero... no era sólo eso, había algo más! La crítica a la institución del matrimonio, la puesta en duda de algunas creencias arraigadas y los interrogantes sobre el sistema educativo, promotor de las desigualdades entre hombres y mujeres (diríamos hoy una crítica al machismo cultural imperante), le valieron la censura por largos años, tanto en Rusia como en Estados Unidos, donde la obra estuvo prohibida y condenada (sin éxito, claro está) al olvido.

Pintura: René Xavier Prinet (1901) inspirada en la sonata y en la novela


Dice Tolstoi, en boca de Pozdnyshev, sobre la obra musical:

"––Tocaron la Sonata a Kreutzer, de Beethoven ­­––continuó contando––. Conoce usted el primer presto ¿Lo conoce?––exclamó––. ¡Uh! Uuu… ¡Qué cosa tan terrible esa sonata, precisamente este presto! ¡Y qué cosa tan terrible la música en general! ¿Qué es? No comprendo. ¿Qué es la música? ¿Qué hace? ¿Por qué hace lo que hace? Se dice que la música influye en el alma para elevarla. ¡Tontería! ¡Mentira! Influye, sí, influye espantosamente (hablo por mi cuenta), pero no de una manera ennoblecedora. … ni ennoblecedora ni envilecedora, sino de una manera irritante. ¿Cómo diría yo? La música me hace olvidar mi situación verdadera; me transporta a un estado que no es el mío, bajo su influjo me parece que siento lo que en realidad no siento, que comprendo lo que no comprendo, que puedo lo que no puedo."

miércoles, 21 de enero de 2015

HOMICIDIO EN CASA

Obra de Jakub Shnikaneder 

(pintor checo 1855-1924)



Poco más de ciento veinticinco años lleva el cuerpo sin vida de esta joven tendido en algún lugar de Praga. Manchas de sangre revelan una muerte violenta y sorpresiva. La atmósfera de la obra transmite emotividad, inquietud y dudas que al día de hoy persisten. Se tratará de un homicidio o de un suicidio, siguen preguntándose los testigos visitantes a La Galería Nacional de Praga.